miércoles, 2 de mayo de 2012

LOS JUEGOS DEL HAMBRE


Un reality show y un reportaje sobre la guerra. Esas dos imágenes mezcladas en la mente de Suzanne Collins mientras hacía zapping dio lugar a una de las más aclamadas sagas literarias del siglo XXI. Tras comenzar su andadura en 2008 con la publicación de Los Juegos del Hambre, la mente de Collins dio luz a dos novelas más: Los Juegos del Hambre: En Llamas y Los Juegos del Hambre: Sinsajo, entrega con la que se cerraba la historia en 2010, pero... ¿qué sería de una gran saga literaria sin su adaptación fílmica? Es aquí donde entra en juego Gary Ross, un director con una reducida carrera pero que presume de haber sido director de Seabiscuit, película que logró hasta 7 nominaciones a los Oscars, y de haber guionizado el clásico Big

Este arranca la adaptación con una introducción en la que se relatan los sucesos revolucionarios de Panem y la respuesta del gobierno a la sublevación: Los Juegos del Hambre. A raíz de ahí, comienza a narrar la historia de Katniss Everdeen, una dura joven que se encarga de mantener a su hermana y su madre... Hasta el día en el que el Capitolio, gobierno de Panem, decide nombrar a los jóvenes que participarán ese año en Los Juegos del Hambre.

Tras esta presentación, la película se desenvuelve en tres partes: la primera, la presentación del distrito y de los participantes de los Juegos del Hambre; la segunda, cuando Katniss llega al Capitolio, se le presenta en sociedad y comienza su entrenamiento; y la última es cuando tiene lugar los Juegos del Hambre. En conjunto, dos horas y media de un film que atrapa desde el principio y que, conforme va a avanzando, adquiere fuerza.



Gary Ross nos aleja de las sagas juveniles que concurren hoy día para mostrarnos una de las mismas pero mucho más sofisticada que las demás. En ella, el director es capaz de tomar la esencia del libro mezclando el género de ciencia ficción el universo de los Juegos del Hambre, la crítica política y social al narrar la historia de Panem y el fuerte peso que guardan los engañosos medios de comunicación, el amor (o más bien desamor) al reflejar las relaciones sentimentales entre sus protagonistas y, finalmente, la acción y aventura. Todo ello muy bien llevado y desarrollado, dándole a todo su protagonismo.

Con esta mezcla, el director logra no solo entretener, sino demostrar que una saga juvenil puede ser un producto inteligente y de calidad, algo que no veíamos desde nuestro querido y ya desaparecido Harry Potter.

Y tampoco desmerece la película en lo relativo a actores. Esta cuenta con un elenco de lujo en el que destacan Woody Harrelson y, sobre todo, su protagonista, Jennifer Lawrence. Además, por la película desfilan otros rostros conocidos como Donald Shuterland o el cantante Lenny Kravitz.

Conclusión: Ciencia ficción, relaciones sentimentales, crítica social y política, aventura... Un destacado producto de entretenimiento muy bien llevado mediante el sentimiento y lógica que gustará tanto al público joven como adulto.

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