lunes, 19 de mayo de 2014

LA PORTADA DEL MES: GREEN LANTERN #85

Durante la década de los 70, Estados Unidos atravesó uno de sus momentos más aciagos debido a problemas como la corrupción política, el Escándalo de Watergate, la guerra de Vietnam… A todo esto se le sumaban problemas sociales como el racismo, la marginación o las drogas. Todo ello llegaba a unos cada vez más informados estadounidenses gracias al auge de la televisión y la prensa. Por su parte, la industria de los cómics no se quedó al margen de esta corriente informativa, reflejando en sus páginas los problemas de aquella sociedad en la que vivían sus personajes. 

Entorno a los inicios de dicha década, la serie Green Lantern vivía una de sus mejores etapas gracias a los guiones de Dennis O´Neil y los dibujos de Neal Adams. Ambos autores se encargaron de reunir en las páginas de la colección a Hal Jordan y Oliver Queen para que trabajaran juntos, llegando a figurar en la cabecera de la serie el nombre de los dos personajes, a pesar de que oficialmente seguía siendo la serie de Green Lantern. 
O´Neil siempre había sido conocido por su fuerte interés en reflejar la sociedad en los cómics y su compromiso con esta. Es por ello que no extrañó cuando comenzó a despojar a Oliver Queen de su estatus de playboy millonario para arrastrarlo hacia unas historias más urbanas, más a pie de calle, involucrándolo en la dura realidad social que existía en los barrios marginales y en otros muchos problemas que azotaban aquella sociedad. Prueba de ello era el número que hoy nos ocupa, en el que decidió que sus dos protagonistas debían abordar el tema de las drogas. 



Cuando le comentó la idea a Adams y se pusieron de acuerdo, le mandaron al editor Julius Schwartz una portada en la que se veía a Roy Harper (más conocido como Speedy, el side-kick de Green Arrow) metiéndose un chute de heroína. Schwartz no tuvo más remedio que negarse a tal proyecto, ya que la fuerte censura que ejercía CCA (Comics Code Authoty) sobre la industria impediría que el número llegase a las estanterías. 

Por otro lado, en aquella misma época, el Departamento de Salud, Educación y Bienestar americano le pidió a Stan Lee que advirtiese a sus jóvenes lectores sobre los múltiples peligros que escondían las drogas. Harto de ver su libertad creativa coartada por la CCA, el guionista decidió aceptar el encargo y narró en The Amazing Spider-Man #96-98 cómo Harry Osborn se convertía en un drogadicto. Gracias al trabajo del editor Martin Goodman y al permiso del gobierno, el cómic se publicó en mayo de 1971, suponiendo esto uno de los primeros pasos contra la asociación censora, la cual comenzaría a aflojar su yugo sobre las editoriales y sus autores. 
Harry Osborn fue uno de los primeros personajes de cómics que sufría dependencia de las drogas tras la creación de la CCA
Tras esta victoria, las grandes editoriales se reunieron y el Comics Code fue completamente reescrito. Este nuevo marco permitió que O´Neil y Adams volviesen a trabajar en su historia, aunque ya no serían ellos los que tuvieran el orgullo de inaugurar la lucha contra la CCA y de ser los primeros en escribir sobre los peligros de las drogas. “Podríamos haber sido los primeros”, se lamentaba Adams. 

Finalmente, la historia en la que “DC ataca el principal problema de la juventud… las drogas” (tal como se leía en su portada), llegaba a las estanterías estadounidenses en 1971 con la entrega Green Lantern #85. Impactante y cruda como pocas, su portada reflejaba una escena en la que se veía a Roy Harper pinchándose heroína bajo la atónita mirada de su tutor y el amigo de este. Todo ello anunciado con el texto “la sorprendente verdad acerca de las drogas”. 

El arco argumental en el que O´Neil y Adams trataban tan espinoso tema era Snowbirds don't fly. La historia comienza mostrando cómo Oliver Queen es sorprendido por un grupo de asaltantes que, durante el combate, le ataca con una ballesta cargada con sus propias flechas. 


Tras este primer encontronazo, Queen y Jordan comienzan a investigar a los misteriosos asaltantes averiguando que se trata de un grupo de drogadictos que roban para conseguir más heroína. 

Cuando localizan la guarida del grupo, ven entre ellos a Roy Harper, quien llevaba desaparecido unos meses. Pensando en un principio que el joven se encontraba con la banda como infiltrado, el arquero y el portador del anillo sorprendieron a Roy dándose un chute de heroína. 

Cuando Green Arrow comienza a arremeter contra su ayudante, este le recrimina que él también tiene culpa de su adicción, pues Queen llevaba sin prestarle atención desde hace unos meses. Esto es debido a que que Green Lantern y Green Arrow llevaban unos meses viajando por América para descubrir el auténtico espíritu patrio junto al Guardián del Universo Appa Ali Apsa.

Finalmente, Harper huye de la escena completamente avergonzado. Para alegría de Queen, tiempo más tarde, su pupilo acabaría por sobreponerse a sus problemas con las drogas; aunque no por ello dejaría de mostrar su rencor hacia Green Arrow.
Roy Harper confesando su adicción

Finalmente, los esfuerzos por publicar esta historia fueron más que recompensados, pues el número ganó en 1971 el Premio Shazam al Mejor Número Individual. Además, John V. Lindsay, el alcalde de New York por aquel entonces, escribió una carta a DC (que se publicó en Green Lantern #86) elogiando su valentía al tratar el tema y lo acertado del enfoque. 

Green Lantern #85 supuso un antes y un después en la editorial, ya que marcó el inicio de una nueva era de mayor relevancia social, permitiendo introducir nuevos personajes pertenecientes a otras minorías sociales, como Mia Dearden, una joven que sufrió prostitución infantil y que porta el VIH. 

Portada brillante, alabado arco argumental, gran importancia en la historia del cómic… Tal insigne número no podía carecer de múltiples homenajes, de los cuales aquí recopilamos algunos.





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