lunes, 9 de marzo de 2015

ALL-STAR SUPERMAN

La serie All-Star surgió en la década de los 40 presentando a personajes y grupos tan importantes en el futuro editorial como Wonder Woman, la primera superheroína, o la Sociedad de la Liga de la Justicia Americana. 70 años más tarde, el título de dicha publicación fue recogido para nombrar a una nueva línea de cómics que preparaba DC. Bajo la línea All-Star se planeaba citar a los mejores autores del medio para que narraran las historias de los personajes más destacados de la editorial sin ningún tipo de atadura, pues las aventuras se ubicarían fuera de la continuidad. A pesar de las buenas intenciones originales, la línea solo publicó la colaboración de Frank Miller y Jim Lee, que dio lugar a la polémica All-Star Batman, y el trabajo que creó el tanden formado por Grant Morrison y Frank Quitely: All-Star Superman.

Lex Luthor ha encontrado el plan definitivo para cumplir su objetivo: matar a Superman. Y esta vez, no será otro intento fallido más que sumar a su interminable lista de fracasos, pues el mayor cerebro criminal lo logra… Es capaz de llevar a Superman al Sol y hacerlo absorver más energía solar de la que el Hombre del Mañana puede soportar. Superman tiene los días contados y, esta vez sí, no hay opción que le permita sobrevivir.

Así comienza la narración de Grant Morrison, dando el pistoletazo de salida a una cuenta atrás en la que su protagonista se acerca cada vez más a su final conforme nosotros nos acercamos a la última viñeta. Pero, antes de llegar al ocaso de sus días, el plan de Luthor también tiene otros efectos inesperados, pues igual que la sobredosis de radiación lo matará, le produce un incremento de poderes sin parangón, haciendo que el Hombre de Acero alcance y sobre pase todos los límites que había logrado. Y no solo eso, sino que también adquirirá nuevos poderes.

Así, antes de dejar huérfana a la Tierra, Superman, cual hercúleo personaje que es, deberá de cumplir 12 trabajos que dejerán un legado en forma de asombrosas hazañas: irá y volverá de recónditos mundos y dimensiones, responderá a la pregunta incontestable, se enfrentará a criaturas atemporales… Todo ello mientras cada vez se encuentra más cercano a su muerte.


En esta obra, Grant Morrison ofrece su particular y brillante visión acerca del hombre que lo tiene todo. Para esta ocasión, el guionista escocés se decanta por una trama sencilla en lo relativo al nivel de complejidad de sus otros trabajos. Este seguirá dotando el cómic de la inteligencia, profundidad e ingenio que lo caracteriza, pero sin llegar a niveles tan extremos (e innecesarios) como, por ejemplo, los alcanzados en su etapa con Batman. El resultado, una auténtica maravilla.


El guion que realiza Grant Morrison no podría adaptarse mejor al protagonista, pues el cómic es capaz de captar la quintaesencia del personaje como pocas veces se ha hecho. All-Star Superman, al igual que su protagonista, destila elegancia, magnificencia, bondad, emotividad, fantasía, inocencia, épica… Un cúmulo de términos que hacen de este cómic una obra cumbre no solo dentro de las obras del protagonista, sino del guionista y del cómic moderno.

La historia supone un completo resumen a la historia del personaje y su mitología, pues a pesar de que nos ubicamos en los días finales de Superman, Morrison es capaz de hacer un repaso por todos los elementos claves de su vida: sus orígenes, sus principales amigos, aliados, villanos… Todo ello sin producir en ningún momento la sensación de que es algo que ya hemos visto ciento de veces.

Por otro lado, el éxito de Morrison con este cómic también se encuentra en la buena caracterización de los personajes, a los cuales sabe transmitir voz propia y hacer que el lector empatice con los mismos. Además, a esta labor ayuda también los geniales diálogos que firma.

Y si hace un trabajo más que digno con todos los personajes, Morrison realiza una tarea especialmente dignificable a la hora de reflejar la personalidad de Superman y el enfoque que le da a sus últimos días. El escocés sumerge al personaje en aventuras que difícilmente superaría en caso de no haber adquirido su aumento de superpoderés, llegando a ensalzar su figura semejándolo a un auténtico dios. Así, el cómic toma naturaleza de odisea y adquiere un cariz épico realmente emocionante.

Pero, a la vez que lo eleva al nivel de dios y le hace vivenciar las más fantásticas aventuras, este nos lo muestra de una forma realmente introspectiva. A pesar de sus poderes, Superman no deja de ser un personaje con sentimientos y, como tal, decide compartir sus últimos días con la mujer a la que ama, Lois Lane. Es aquí donde el guionista aprovecha para mostrarnos su lado más íntimo y sentimental. 

A pesar de esto, no solo retratará la humanidad del personaje a través de su relación sentimental, pues Morrison también refleja el carácter bondadoso y generoso del personaje. Igualmente, también lo veremos sufrir, pues el paso de los días hará que su enfermedad vaya mermando los superpoderes que le ha dado, y también su físico. Este progresivo deterioro hará que su eterno empeño por cumplir con su función para con la humanidad dé al cómic el toque dramático con el que ensalzar todas las emociones de la obra.

Aun así, a pesar de todo esto, el guion de Grant Morrison también contiene algún que otro desliz. Estos errores, principalmente, por no decir exclusivamente, se encuentra en alguna que otra escena que resulta un tanto chocante. Por ejemplo, el hecho de que Clark Kent le revele a Lois que es Superman en medio de una avenida a pleno día con gente paseando. De todos modos, estas cosas no suceden más de un par de veces y nunca llegan a deslucir el resultado final.


En su enésima colaboración con Morrison, Frank Quitely es el encargado de dibujar la obra. Su dibujo es limpio y cuidado, ingenioso, con personajes en poses siempre expresivas… Un resultado que nos deja viñetas realmente memorables. Pero, a pesar de esto, el trabajo de Quitely tiene varias carencias, pues se le podría exigir mayor atención a las expresiones faciales de sus personajes y, sobre todo, a la hora de decorar los entornos, los cuales quedan demasiadas veces sin caracterización.

Apoyando el dibujo de Quitely nos encontramos al colorista Jamie Grant, quien aporta tanto a la historia del cómic casi tanto como el mismo dibujante. Con los dibujos limpios de Quitely y los colores claros Grant, el resultado visual destila el optimismo que hace que el arte esté en completa sincronía con los guiones igualmente positivistas y esperanzadores de Morrison.

ECC recopila este cómic en un formato digno de su calidad. El lujoso volumen cartoné que contiene los 12 números del cómic lo completa con una gran cantidad de extras que van desde múltiples anotaciones de Morrison sobre la historia o los personaje hasta bocetos de Frank Quitely. Un total de 328 páginas en una muy buena edición publicado al ajustado precio de 29.00 €.

Conclusión: Abandonando las enrevesadas tramas a las que nos tiene acostumbrado, Morrison toma las riendas del Hombre del Mañana para enamorarnos a todos con una de las mejores obras de todos los tiempos tanto del guionista como del personaje. Una auténtica joya ganadora, y más que merecedora, de dos Premios Eisner y que no puede faltar en ninguna estantería.

2 comentarios:

  1. Hola!! te he nominado a los @liebsterawards si quieres para más información visita mi blog Tvecinofavorito.blogspot.com.es Saludos!!

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  2. Que genial! Grant Morrison es un artista y la verdad es que cuando hizo el comic de batman ya me encantó

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