lunes, 13 de enero de 2014

EL LADO BUENO DE LAS COSAS


En 2008, el escritor de New Jersey Matthew Quick publicaba su primera novela bajo el título Silver Linings Playbook, o El Lado Bueno de las Cosas (Un Final Feliz) en español. Por su parte, el director David O. Russell ya había dirigido Tres Reyes (1999) y triunfó más recientemente con su genial The Fighter (2010), película que le valió el Óscar a Christian Bale y a Melissa Leo por sus interpretaciones. Tras la adaptación a telenovela en los países hispanoamericanos, Russell se propuso consolidarse como uno de los mejores directores del momento con la adaptación del libro, la cual se estrenó el pasado 2012.



La película narra la historia de Patrizio Solitano Jr. (Bradley Cooper), un profesor de instituto cuya vida dio un giro radical al ver cómo su mujer le ponía los cuernos, desatando así así el trastorno que este llevaba incubando mucho tiempo. La consecuencia de la ira de aquel momento fue el ingreso en un centro psicológico. Tras abandonar este sin el consentimiento de los médicos, Pat regresa a la casa de sus padres (Robert de Niro y Jacki Weaver) con la intención de retomar su antigua vida y su matrimonio.

Pero las cosas del destino hacen que, mientras este piensa cómo sortear la orden de alejamiento que ha puesto su mujer contra él para reconquistarla, conoce a Tiffany Maxwell (Jennifer Lawrence), la cuñada de su mejor amigo, una joven viuda que en un pasado fue un tanto... promiscua. A partir de ahí, Patt comenzará a entablar relación con Tiffany para demostrarle a su mujer que se encuentra estable, pero con el paso del tiempo, el protagonista dejará de ver dicha relación como medio para alcanzar sus objetivos.



Esta es la historia que utiliza Russell para presentarnos una película sencilla pero inteligente que ha logrado estar nominada a los Óscars en la categoría de Mejor Película del 2012. Sin lugar a dudas, una de las claves de este éxito consiste en el buen saber hacer de Russell como director al ser capaz de picar de diferentes géneros fílmicos sin llegar a decantarse por ninguno. Así, nos encontramos con una película basada en un romance que evita caer en los tópicos más edulcorados del género, que contiene toques de comedia y que, sin llegar a ser drama, sabe cómo conmover al espectador. El resultado de esta extraña mezcla es un film realmente genial que, a pesar de pertenecer a la meca del cine, se presta a tintes más íntimos acercándose incluso a un cine más indie.

Igual de bien construidos se encuentran los personajes, quienes se encuentran plagados de matices y con sus propias características. El perfecto desarrollo de estos es vital en una película de este tipo, ya que durante el film exploramos a los personajes, sus formas de ser y sus relaciones.

Y para conseguir que todo funcionase, nos encontramos a un reparto de lujo que realiza una actuación al nivel de las expectativas. Tanto es así, que Bradley Cooper, Jennifer Lawrence, Robert De Niro y Jacki Weaver fueron nominados a los Óscars en sus respectivas categorías, a pesar de que únicamente se alzó con la estatuilla la joven Lawrence, confirmándose como una de las más versátiles actrices del momento.
Además, la película se encuentra cuidada hasta el último detalle, destacando la labor de montaje y la estética que toma el film, ya que esta ayuda a dar ese enfoque más indie y personal que la película busca transmitir. Resultado del buen trabajo que mencionamos es que el trabajo de montaje fue candidato a los Oscars. También cabe destacar la BSO del film, la cual corre a cargo de Danny Elfman, quien ha sido candidato a los Óscars hasta en 4 ocasiones.

Conclusión: David O. Rusell presenta una brillante película con la que sabe cómo ganarse al espectador con una historia con la que conmueve a la vez que divierte. 8 nominaciones a los Óscars del pasado 2012 son credenciales de la maestría del film.

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