miércoles, 20 de agosto de 2014

BATMAN: LA CAÍDA DEL MURCIÉLAGO

A principio de la década de los 90, un extraño e inquietante remanso de paz había llegado a las colecciones del Caballero Oscuro, y su editor, Dennis O´Neil (quien ya había cumplido como tal en Batman: Año Uno o Batman: Una Muerte en la familia), sentía que las historias de Bruce Wayne y su entorno debían volver a recobrar intensidad y fiereza. Así que Dennis, y contando con los consejos de Peter Milligan, decidió que había llegado el momento de poner patas arriba el mundo de Murciélago. Y con este fin debutó Bane en Batman: La Venganza de Bane, un villano creado por Chuck Dixon y Graham Nolan a semejanza del alter-ego de Bruce Wayne, ya que mezclaba su imponente fuerza física con una astuta y brillante mente estratega. Una vez finalizada La Venganza de Bane, quedaba revelada su condición de prólogo al servir como pistoletazo de salida a Knightfall, un ambicioso proyecto en el que todas las colecciones del Caballero Oscuro se conjurarían para mostrar el declive de este y su posterior destrucción a manos del más perfecto y cruel enemigo, Bane.

Esta saga narra el camino que le marca Bane al Caballero Oscuro para alcanzar su final a manos del de Santa Prisca. Pero, a diferencia del resto de sus enemigos, Bane no decide enfrentarse directamente contra el Guardián de Gotham, ya que antes estudiará cada uno de sus movimientos. Para ello, Bane cumple una de las mayores pesadillas de Batman al provocar un motín en Arkham que tiene como resultado la liberación de todos sus reclusos, los cuales corren hacia Gotham sumergiéndola en un caos. 

Joker, el Acertijo, Espantapájaros, Killer Croc, Zsazs, Firefly, Hiedra Venenosa, el Ventrílocuo, el Sombrerero Loco, Amígdala, el Maníaco del Cine… Todos estos y algunos más regresan a las calles de Gotham aprovechando el descontrol total para retomar sus delictivas actividades. Un aluvión de criminales a los que el Caballero Oscuro deberá enfrentarse sin descanso alguno, a pesar de contar con la ayuda de Robin y Azrael, y que ocasionará el desgaste mental y físico de Batman. Mientras tanto, Bane aguarda desde la oscuridad a su momento para irrumpir en tan desoladora escena. 


Y si la trama cuenta con los principales personajes del bat-universo, igual ocurre con sus responsables, entre los cuales figuran algunos de los más destacados guionistas y dibujantes que han pasado por las cabeceras del Señor de la Noche. Al cargo de los guiones nos encontramos a Chuck Dixon y Doug Moench, quienes desde sus respectivas series del Caballero Oscuro irán relatando los enfrentamientos que tiene Batman con sus antagonistas y que le conducirán hasta la gran batalla contra Bane. 


A pesar de que nos encontramos ante una trama en la que no brilla excesivamente la originalidad debido a que se crea una especie de antología de batallas de Batman contra su galería de villanos, estas aventuras cobran especial importancia no solo por formar parte del plan maestro de Bane o por mostrar a un Caballero Oscuro cada vez más derrotado, sino por la destreza de sus guionistas al desarrollarlas. 

Tanto Dixon como Moench realizan un trabajo para recordar al sumergir al Caballero Oscuro en tal trepidante aventura en la que no solo estará en juego Gotham o el retorno a los villanos a Arkham, sino la propia salud de Bruce. Y a pesar de que ambos guionizan una emblemática saga, destaca la labor que realiza Dixon sobre la de Moench, ya que el primero logra otorgarle a la serie una mayor intensidad. 

Completando este elenco de lujo, en el apartado gráfico nos encontramos a tres clásicos del Caballero Oscuro: Jim Aparo, Norm Breyfogle y Graham Nolan. Al igual que ocurre con los guionistas, los tres realizan un trabajo más que destacable, pero aun así, Aparo se queda a la sombra de Nolan y Breyfogle, quienes se encargan alternativamente de dibujar los guiones de Dixon, formando estos un equipo para recordar. 

Graham Nolan brinda al lector unos dibujos realmente brillantes que gozan de dinamismo, ingenio y capacidad narrativa y que son enaltecidos por el trabajo de Scott Hanna con la tinta y, principalmente, de Adrianne Roy con el color. Y aunque no logra la calidad que alcanza Nolan, Breyfogle también destaca con igual capacidad narrativa y la atención que presta a las expresiones corporales y faciales. El resultado de ambos son inteligentes viñetas plagadas de acción y enormemente atractivas a nivel visual. 

No tan inspirado se encuentra Jim Aparo, quien ya había destacado con su trabajo en Batman: Una Muerte en la Familia. Este realiza unos trazos rígidos que, en múltiples ocasiones, restan dinamismo a los movimientos. Pero aun así, este logra regresar a su mejor momento en varias ocasiones haciéndonos disfrutar de su mejor versión. 

A pesar de las diferencias entre los autores, sus trabajos mantienen la estética y son más que destacables, dejándonos múltiples viñetas que, sin lugar a dudas, han pasado a la historia del Caballero Oscuro. 

Conseguir esta amplia saga en la actualidad es bien difícil, pues además de encontrarse compuesta por una amplia coalición de números cuyas publicaciones abarcan entre abril de 1993 y agosto de 1994, nunca ha llegado a publicarse tal como debe en nuestro país. Las últimas ediciones que se publicaron fueron por Planeta DeAgostini en el coleccionable que sacó a raíz del estreno de Batman Begins y otro que, prácticamente, recopilaba el mismo material en 2010. 

Conclusión: Knighfall es una historia que no solo cuenta de vital importancia por la influencia que tuvo en la carrera del Caballero Oscuro, sino ser una trama más que disfrutable. Una obra que cualquiera que se precie seguidor de Batman deberá tener.

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