Tras
permanecer una temporada en DC guionizando series cómo Ronin, Superman
o Batman: El Regreso del Caballero Oscuro, Frank Miller
regresaba a Marvel en 1986 para encargarse de una de las series que
peores cifras estaba consiguiendo: Daredevil. El de
Maryland, con su etapa (y en especial con la saga Born Again),
logró convertir a la colección en una de las mejores del momento, dándole a las historias del abogado de la Cocina del Infierno un enfoque mucho más oscuro en el que las muertes y las desgracias
cada vez le hundían un poco más en la miseria y la desdicha.
Esta etapa,
supuso un punto de inflexión en la historia del Hombre sin Miedo, pues los
sucesores de Miller buscaron mantener la calidad de la colección emulando el
enfoque que le dio Miller, haciéndolo cada vez cargar con una mayor desdicha. Así,
poco a poco, Daredevil se fue convirtiendo en el dramático Batman de Marvel.
Pero, cuando
Stan Lee y Bill Everett lo crearon en 1964, no era al
Caballero Oscuro a quien se parecía. Todo lo contrario, pues el justiciero se
enfrentaba a sus enemigos con una sonrisa burlona recordando mucho
más a su amigo el Hombre Araña. Y a esta etapa ha querido devolver
Marvel al personaje. Para ello, han colocado al frente de la colección a uno de los grandes guionistas
del panorama actual, Mark Waid, quien ya ha demostrado que capacidad para devolver
a los personajes a su mejor época con las series del Capitán América y los
Cuatro Fantásticos.
Así, el
pasado 2011, el guionista de Alabama se colocaba al frente de la
colección del Hombre sin Miedo para demostrarnos que este, esgrimiendo una
sonrisa, también podía ser un gran personaje.
La historia
de Waid nos muestra cómo Matt, tras abandonar la Cocina del Infierno y ubicarse
en Nueva York, tiene más difícil que nunca ejercer la abogacía debido a que la
identidad de su alter-ego se ha convertido en un secreto a voces, siendo este argumento un arma arrojadiza utilizada constantemente en las salas de juicio para restar
credibilidad al abogado. Aun así, le llegará un caso aparentemente sencillo que todos los abogados habían
rechazado defender, pero… ¿por qué? Esto hará que Matt Murdock se enfunde su
traje rojo para investigar este misterioso caso que le llevará a enfrentarse a
uno de los más antiguos villanos del universo marvelita.
Tras este
arco argumental, el buffet Foggy & Murdock aceptará el caso de
Austin, un joven invidente que ha sido despedido sin motivo aparente. Una vez
más, tras recibir Matt el caso, Daredevil comienza a investigarlo. Pero, cuando
se pone a hurgar en Midas, la empresa denunciada, Daredevil descubrirá
un proyecto que reúne a los cárteles más peligrosos del mundo: Hydra, I.M.A,
Espectro Negro, Agencia Bizancio y el Imperio Secreto.
Además de
estas tramas, cabe destacar la forma en la que Waid abre su temporada en la
serie, recordándonos en la primera página de una manera breve a la par que
brillante los orígenes del personaje. Por otro lado, Waid utilizará la
última historia a modo de epílogo para mostrarnos cómo Matt Murdock ve y se
desenvuelve en la ciudad.
En esta
nueva etapa Mark Waid aparta a Daredevil de la lucha contra capos de la mafia y
ninjas para que vuelva a hacer frente a pintorescos villanos,
demostrándonos que un personaje no tiene por qué estar hundido en la más
profunda desgracia para ofrecer una buena historia. En este caso no solo
una buena historia, sino una genial historia.
Estas serán guionizadas por Waid bajo un pausado ritmo, permitiéndose así crear una genial narración a través del propio protagonista, quien irá desvelando los acontecimientos conforme vayan sucediendo mediante los recurrentes cuadros de textos.
A pesar de que esta nueva etapa supone un punto de inflexión a la trayectoria del personaje,
el guionista respetará al máximo la continuidad de la serie haciendo referencia
a lo acontecido durante la anterior temporada, aprovechando esto para incrustar
a la colección en el Universo Marvel mediante la aparición del Capitán
América.
En el
apartado gráfico nos encontramos al español Marcos Martín y a Paolo
Rivera. Los dos dibujantes comparten estilo al crear las viñetas con
trazos claros y limpios, encontrándose este estilo en perfecta sintonía con
el nuevo enfoque que realiza Mark Waid de la cabecera. Mediante sus dibujos
dinámicos, inteligentes y de clara estética europea, ambos dibujantes
realizan un trabajo brillante, destacando esas viñetas en las que nos muestran
el mundo desde el punto de vista de Daredevil mediante el uso del radar.
Panini se encarga de recopilar los 6 primeros
números de esta tercera temporada del Hombre sin Miedo en uno de sus tomos
100% Marvel a un más que justo precio de 12,00 €. El volumen
rústico contiene 144 páginas entre las que encontramos las portadas
originales, algunas alternativas y una introducción del siempre genial
Julián M. Clemente que nos sirve para ponernos en antecedentes.
Conclusión: Una serie que logró dos premios Eisner
(Mejor Número Unitario y Mejor Serie Regular) y que, junto a las colecciones Incorruptible
e Irreedemable, consagró a Mark Waid como uno de los mejores
guionistas tomando dicho reconocimiento forma de premio Eisner al Mejor
Guionista. Daredevil se ha convertido en la colección que encandila tanto a
los más expertos del personaje como a los neófitos. Una de las mejores series
del momento, uno de los mejores trabajos de Mark Waid, una de las mejores
etapas del personaje y, sin lugar a duda, la colección que no puede faltar en
tu estantería.
Un gran vacío en mi colección, sin dudas. ¡Excelente reseña, Antonio!
ResponderEliminarMuchas gracias amigo! La verdad es que es una de las colecciones actuales más interesantes junto a Hawkeye
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