lunes, 25 de agosto de 2014

SPIDERMAN: LA MUERTE DE LOS STACY

A pesar de ser uno de los personajes que más se presta al humor, la vida de Peter Parker ha sido miles de veces marcada por la tragedia. Esta fatalidad que lo llevó a ser quién es, lo ha acompañado durante toda su carrera haciendo que, a pesar de acercarse en múltiples ocasiones a la felicidad, siempre se le escape entre los dedos. Y, si de todos los fatídicos hechos que ha vivido hay alguno que le marcó especialmente (con permiso de la muerte del tío Ben), esa fue la muerte del Capitán Stacy y, en especial, de Gwen

La primera historia que nos encontramos en este volumen narra cómo falleció el capitán George Stacy a consecuencia del undécimo enfrentamiento entre el trepamuros y el Doctor Octopus. En ella, Stan Lee guioniza una trama que, tal como comentamos, parece que se acabaría desarrollando como un enfrentamiento más entre los dos rivales, pero lejos de esto, Stan sorprendía a los lectores asesinando a uno de los seres más queridos por Peter Parker. 

La historia supone un genial regreso a la Marvel de los 70 en la que el bueno de Stan guionizaba cómics mezclando la acción, los ingeniosos guiones, las relaciones personales de sus personajes y reflejaba el momento social en el que vivían. Todo lo que un buen cómic necesita tener. Además de todo esto, sorprende ver como Stan cargaba de emoción e intensidad a aquellas peleas que, hoy día, se resolverían en unos splah-pages. 

A esta narración que posee las escenas de acción también ayuda la labor de los dibujantes. Si bien el primer número de los tres que componen esta aventura se encuentra dibujado por el icónico John Romita, los otros dos corren por parte de Gil Kane. Ambos realizan unos dibujos que brillan con luz propia gracias a su dinamismo, pero aun así, destaca el arte de Kane. El trabajo de este encandila con su profundidad, ingenio y destreza para desarrollar la acción, destacando la escena del enfrentamiento entre doc Ock. y Spidy en las azoteas. 


La siguiente trama es Muerte y Destino. 30 años más tarde del cómic en el que se narraba la fatídica muerte del Capitán Stacy, en el 2000, el guionista Lee Weeks regresaba
a los días posteriores al fallecimiento para reflejar cómo afectó todo aquello a la vida de Parker y su alter-ego. 

Durante los tres números que ocupa este segundo arco argumental, Lee Weks guioniza una historia que, a pesar de romper con la nostalgia que desprendía la primera historia, continúa en perfecta armonía con los hechos que habíamos visto. En esta trama Spider-Man revuelve toda la ciudad para dar con el Dr. Octopus, quien se encuentra oculto recuperándose de sus heridas, con fin de hacer justicia por su amigo fallecido. Además, deberá soportar las críticas del Bugle y el no poder estar junto a Gwen para apoyarla. Una emotiva historia en la que Parker y su alrededor sufren las consecuencias de la muerte del capitán Stacy. La única pega que se le pude encontrar es cierta lentitud narrativa. 

Realizando todo el trabajo de esta trama, Weeks también se encarga del dibujo. Este realiza un trazo sencillo pero efectivo, con el que no solo logra recrear los ambientes y las expresiones de los personajes, sino que también ofrece a los movimientos del Hombre Araña el dinamismo que requieren. Además, completando esta labor, Richard Case y Steve Bucellato realizan un buen trabajo al cargo de la tinta y los colores respectivamente. 

Y tras este descanso, toca enfilar el tramo final de esta serie de catastróficas desdichas con una de las historias más influyentes e importantes en la carrera del Hombre Araña. Muertes, venganzas, adicciones… Todos estos elementos y muchos más se mezclan en el mítico tríptico que narra la muerte de Gwen Stacy y sus atroces consecuencias. Una trepidante trama guionizada por Gerry Conway en la que nos encontramos a unos personajes profundamente involucrados y cargados de emociones. 

Por desgracia, la calidad que muestra la historia no se mantiene en el dibujo, pues aunque sigue de responsable Kane, este da un bajón en comparación con su trabajo en sus dos primeras entregas en este volumen. Pero, sin lugar a dudas, este pequeño bajón no es lo que más castiga a su arte, pues el entintado emborrona y el coloreado no es igual que en los anteriores números. Probablemente, esto se deba al trabajo de impresión. 

Panini recopila las tres historias (la muerte del Capitán Stacy, Muerte y Destino, y la Noche en la que murió Gwen Stacy) en uno de sus volúmenes Marvel Héroes. Concretamente, esta entrega supone la número 16. En sus 200 páginas acumula, además de las tres historias (cada una compuesta otros tres números), la clásica introducción de Julián M. Clemente y las portadas respectivas a las diferentes entregas. El precio por este volumen en formato cartoné es de 9.99 €

Conclusión: ¿Qué decir que no se haya dicho ya? Este volumen supone un genial regreso al pasado recopilando joyas completamente atemporales en las que se cambiaría el devenir de todos sus personajes. Dos historias clásicas con el sello Marvel que involucran a las personas más importantes para Peter Parker y a los enemigos más poderosos de Spider-Man, cambiando para siempre sus destinos. Una compra más que obligatoria para cualquier amante del cómic.

2 comentarios:

  1. Me encantan estos cómics, los clásicos, crecí con ellos y son parte de mi vida. Adoro a Romita Sr. y a Gil Kane, dos de mis dibujantes favoritos de Spiderman junto con Ross Andru.
    Ahora bien, a Gil se le fue la mano con los tentáculos de Doc. Ock. En la tercera viñeta del número donde muere el Capitán Stacy, ¿con qué tentáculo tiene agarrado a Spidey por la cintura? Jejeje... un fallo lo tiene cualquiera.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo no crecí con ellos (nací tiempo más tarde) , pero tienen un encanto propio que es difícil (por no decir imposible) encontrar en los cómics de hoy día. La Marvel clásica tiene auténticas joyas muy disfrutables. Y es cierto lo que comentas, hay varios momentos en que hace cosas un poco confusas con los tentáculos, pero es normal, como dices, todos somos humanos :)

      ¡Un saludo!

      Eliminar