lunes, 8 de diciembre de 2014

EXODUS: DIOSES Y REYES

Ridley Scott es un director conocido por su habilidad para rodar de forma rápida y encadenada diversas películas. Y así hizo con sus últimos films: Prometheus (2012), El Consejero (2013), Exodus: Dioses y Reyes (2014) y The Martian (2015). De este lote de películas, las dos primeras cayeron en la indiferencia más absoluta, quedando muy, pero que muy, lejos de obras suyas tan icónicas del séptimo arte como Blade Runner, Alien, el 8º pasajero o Gladiator. Ahora se ha estrenado el tercer film del pack, Exodus, con la que el director no solo afronta la difícil labor de redimirse, sino de soportar la alargada sombra del film Los Diez Mandamientos (1956).

La película vuelve a narrar una vez más la bíblica historia que protagonizó Moisés, mostrándonoslo esta vez como un general de las tropas egipcias. Pero las dificultades para Moisés comenzarán a aparecer cuando una profecía lo señale como el futuro guía del pueblo. A partir de ahí, una serie de sucesos hará que Ramsés lo exilie, provocando que este tome el camino de liberador del pueblo judío.

Esta es la trama sobre la que se mueve la superproducción bíblica de Scott, quien decide no arriesgar manteniéndose relativamente fiel a la historia del personaje ya mostrada en films anteriores como la ya mencionada de Cecil B. De Mille o El Príncipe de Egipto. A pesar de esto, Scott diferencia a su Exodus del resto de revisiones del clásico con la aportación de un enfoque que busca mostrar la historia de la forma más verosímil posible.

Esta opción realista no se ajusta precisamente a lo que reclama el material original, restándole quizá parte de su encanto y alterando algunos de los elementos más claves de la historia. Así, el principal exponente de este realismo es su protagonista. El Moisés de Christian Bale (The Dark Knight Rises) queda plasmado como un hombre atormentado, plagado de defectos y que podría sufrir delirios. Una versión del personaje que lo muestra como un guerrero capaz de matar y que  dista bastante de la del venerable y poderoso hombre capaz de separar las aguas del Mar Rojo visto en otras adaptaciones.


El otro punto clave de la versión del Moisés de Ridley Scott lo encontramos en el enfoque de film de aventuras y acción que este decide darle. De hecho, para aprovechar al máximo estos aspectos de la historia, Scott ubica el inicio de la película en instantes previos a que Moisés sea exiliado, centrándose la mayor parte del film en sus andanzas librando la lucha de Dios en contra del reinado de su hermano adoptivo, Ramsés.

Fruto de esta decisión es que nos encontramos con un film en el que priman las multitudinarias batallas, el enfoque épico y los efectos especiales. Estos aspectos son el principal atractivo de esta película, alcanzando sus puntos álgidos en la escena de las plagas, la persecución de los egipcios por las montañas o en el momento en que se aparta el Mar Rojo.

A pesar de que los aspectos más elogiables del film se encuentren en los aspectos técnicos y en las escenas de acción, Exodus no cae en lo absurdo, pues si el objetivo de Scott era entretener, lo consigue con un producto digno y de calidad. El director sabe desarrollar la historia de manera aceptable y mantiene atento al espectador durante todo su desarrollo. Aun así, Exodus es una película a la que se le podría haber sacado muchísimo más jugo.

La narración que elige Scott, tal como hemos comentado, se centra sobre todo en las campañas militares de Moisés contra Ramsés, lo cual hace que queden bastante desdibujados los personajes, sus relaciones, motivaciones e historias. Esta decisión del director, que podría pasar desapercibida en otra clase de película, hiere especialmente a Exodus, pues Scott podría haber mostrado una trama mucho más rica ahondando en estos aspectos al tener como materia original una historia de tal calado dramático. La inclinación que demuestra Exodus hacia la aventura en detrimento de una más compleja trama hace que el resultado final quede exento del suficiente elemento sentimental o emotivo.

Así, una de las facetas que más desdibujada queda es el rol que ocupa Moisés dentro de la dinastía faraónica y sus auténticas motivaciones. Esta desatención de caracteres tiene un efecto dominó que provoca que, por un lado, los personajes se encuentren faltos de profundidad, lo que a su vez provoca que no se empatice con ellos. Esto a su vez también actúa en detrimento de los actores, encontrándonos con un Christian Bale que, como siempre, logra presentar una actuación más que decente, pero en la que tampoco tiene oportunidad para sobresalir.

Curiosamente, uno de los personajes que más entidad cobra en el film es el antagonista, Ramsés, interpretado por Joe Edgerton. El faraón, tal vez por el hecho de tener unas motivaciones más claras y sencillas de reflejar,  cuenta con una caracterización y una historia más afianzada que la de Moises, llegando a conectar más el público con el tirano que con el personaje de Bale. Gran parte de este acierto se debe a la muy destacable actuación de Joel Edgerton, quien sabe reflejar en su interpretación el interior del Ramsés. Algo igual también ocurre con el personaje de John Turturro, uno de los pocos personajes que llega a cobrar cierta relevancia en  la trama y al que el actor imprime su característica actuación.

Además de Bale, Edgerton y Turturro, Ridley Scott cuenta con un elenco de estrellas invitadas cuyos roles recalcan la carencia de personajes bien cimentados. Mientras que actores de la talla de sir Ben Kingsley y Sigourney Weaver intentan defender su personaje lo mejor que pueden a pesar de su escaso papel, Aaron Paul encarna un personaje plano, testimonial y bastante desvinculado de la trama que encuentra su único objetivo al servir a Moisés de excusa para exteriorizar el prólogo.

Conclusión: Ridley Scott presenta una película que alcanza su meta al entretener de una forma muy digna al espectador con esta superproducción de calidad. Pero que se abstengan de verla aquellos que esperen ver una nueva historia de época al nivel de Gladiator, pues el director no arriesga lo suficiente a la hora de sumergirnos en la historia. Exodus: Dioses y Reyes es una película que se queda en un muy buen entretenimiento pero que podía haber dado mucho más de sí.

2 comentarios:

  1. La vi el otro día y la verdad es que no me convenció. La encontré aburrida, demasiado lenta y sosa, un intento fallido de hacer una gran película que al final pasará desapercibida... Te dejo aquí mi crítica, por si te apetece verla ( http://losidolosolvidados.blogspot.com.es/2014/12/exodus-dioses-y-reyes.html ) Buena crítica, sigue así ;)

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    1. ¡Muchas gracias! Vista y comentada :) Tenemos opiniones en común pero no todas. Aun así, coincidimos en que es un intento fallado de Scott.

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