La película nos cuenta como Capitán Pirata, un bucanero cuyo
cargo es lógico y poseedor de una barba y un optimismo exuberantes, desea
obtener el premio Pirata del Año, un premio que obtiene el bucanero con mayor
botín, pero este pirata ha quedado siempre como el eterno perdedor y este año
hará lo que sea por tal de conseguirlo y hacerse respetar entre el resto de
piratas.
El director británico Peter Lord nos presenta una película
que recrea la esencia de la piratería y los abordajes para narrar una ingeniosa
historia sobre estos. La película posee un guión más que decente y tiene un
desarrollo divertido y entretenido, recreando a unos personajes entrañables, bien
definidos y que evolucionan, mostrándose totalmente cargados de valores como la
amistad o la lealtad. Por otro lado, se hecha en falta una pizca de picardía
que le de al film esa chispa de humor gamberra, pero esto se puede excusar en
que es un film dedicado mayoritariamente a un público infantil.
El reparto se encuentra formado por marionetas de plastilina
y arcilla y se usó la técnica distintiva de Aardman de “fotograma a fotograma”
y unos vanguardistas efectos especiales para conseguir una brillante
reproducción de las escenas.
Sintetizando, una buena, divertida y educativa (ya que no
son pocas las referencias históricas y no carece de la típica moraleja de estos
films infantiles) película de piratas y su mundo que gustará a los más pequeños
de la casa.
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