La
serie All-Star surgió en la década de los 40 presentando a
personajes y grupos tan importantes en el futuro editorial como Wonder Woman, la
primera superheroína, o la Sociedad de la Liga de la Justicia Americana. 70 años más tarde, el título de dicha publicación fue recogido para nombrar a
una nueva línea de cómics que preparaba DC. Bajo la línea All-Star se planeaba
citar a los mejores autores del medio para que narraran las historias de los
personajes más destacados de la editorial sin ningún tipo de atadura, pues las aventuras se ubicarían fuera de la continuidad. A pesar de las buenas intenciones
originales, la línea solo publicó la colaboración de Frank Miller y Jim Lee,
que dio lugar a la polémica All-Star Batman, y el trabajo que creó el tanden
formado por Grant Morrison y Frank Quitely: All-Star Superman.
Lex
Luthor ha encontrado el plan definitivo para cumplir su objetivo: matar a
Superman. Y esta vez, no será otro intento fallido más que sumar a su
interminable lista de fracasos, pues el mayor cerebro criminal lo logra… Es
capaz de llevar a Superman al Sol y hacerlo absorver más energía solar de la
que el Hombre del Mañana puede soportar. Superman tiene los días contados y, esta vez sí, no
hay opción que le permita sobrevivir.
Así
comienza la narración de Grant Morrison, dando el pistoletazo de salida a una cuenta atrás
en la que su protagonista se acerca cada vez más a su final conforme nosotros
nos acercamos a la última viñeta. Pero, antes de llegar al ocaso de sus días,
el plan de Luthor también tiene otros efectos inesperados, pues igual que la sobredosis de
radiación lo matará, le produce un incremento de poderes sin parangón, haciendo
que el Hombre de Acero alcance y sobre pase todos los límites que había
logrado. Y no solo eso, sino que también adquirirá nuevos poderes.
Así,
antes de dejar huérfana a la Tierra, Superman, cual hercúleo personaje que es, deberá
de cumplir 12 trabajos que dejerán un
legado en forma de asombrosas hazañas: irá y volverá de recónditos mundos y
dimensiones, responderá a la pregunta incontestable, se enfrentará a criaturas
atemporales… Todo ello mientras cada vez se encuentra más cercano a su muerte.
En
esta obra, Grant Morrison ofrece su particular y brillante visión acerca del hombre que lo tiene todo. Para esta ocasión, el guionista escocés se decanta
por una trama sencilla en lo relativo al nivel de complejidad de sus otros
trabajos. Este seguirá dotando el cómic de la inteligencia, profundidad e
ingenio que lo caracteriza, pero sin llegar a niveles tan extremos (e innecesarios) como, por
ejemplo, los alcanzados en su etapa con Batman. El resultado, una auténtica
maravilla.